Miguel Ángel Cambra Ozcoz
Trompeta
Miguel Ángel Cambra Ozcoz falleció el 22 de Abril de 2012 en Pamplona a causa de una larga enfermedad a los 63 años de Edad.
Funeral: Iglesia de San Miguel de Oteiza de la Solana (Navarra), el día 24-04-2012 a las 17:30 Cementerio de Estella (Navarra) (Puerta del crematorio) Conducción a las 09:30 horas.
El «Cambra», trompetista desde los años 60 del famoso grupo «Los Guaranys». Introdujeron las mexicanas en el país y lo recorrieron de punta a punta, en la cresta de la ola, en los años 70 y 80.
Nació en Cadreita (Navarra) donde ya apuntaba maneras de showman. Todavía le recuerdan cuando «toreaba» su propio taxi bajándose de el en marcha. Fué músico pero bien pudo haber sido un cómico. Dedicaba cada momento del día a hacer reir a los demás. Los que trabajamos con él aún seguro que recordamos como tiraba las botellas de gaseosa cerradas como si fueran un accidente.
Pero quiero contar una anécdota que nunca olvidaré con él. Estábamos tocando en Cabanillas (Navarra) y terminábamos el concierto de tarde. Vino Miguel a decirme que les habia gustado tanto el concierto a una señora que nos habían invitado a merendar. Y bueno, por no hacerle un feo fui con el a una calle detrás de la plaza.
Lo primero que me chocó es que llamara a la puerta de una casa y luego de otra, pero pensaba que no estaba seguro de que casa le habían dicho que tenía la invitación.
Hasta que salió una señora mayor y le dijo:
«Señora, que somos los músicos… no tendrá unos huevos fritos para merendar?»
Y ella le contesto sin dudar:
«Claro hijo, espera que voy a por pan…»
Yo me quede parado… no sabía que decir… pasó la mujer por delante nuestra con la bolsa de tela vacía y se trajo una barra de pan, nos hizo unos huevos con txistorra que estaban de vicio y yo le recriminé a Miguel que me hubiera engañado a mi y molestado a esa buena mujer… y se quedó con su gesto de pirata, su cara dura (como su barba) y dijo: Gente buena hay en todas partes. Si te digo lo que iba a hacer no vienes y te hubieras perdido estos huevos y hacer feliz a esta señora… Y tenía razón.
He encontrado este artículo en Diario de Navarra.
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